En España hay muchos belenistas. Son personas que no
solo ponen belenes: lo viven con pasión. Hay gente que monta un belén que ocupa
toda su habitación y se pasa meses durmiendo en el sofá. La temporada de exposición
de belenes suele durar del 6 diciembre a, más o menos, el 2 de febrero. Dedican
mucho más tiempo a prepararlos: Unas cinco horas diarias durante tres o cuatro
meses. Una gran exposición puede llevar hasta 10 meses de trabajo.
Belén de arena- Playa las Canteras- Gran Canaria |
"Una cosa es poner un belén comprado en un todo a
100 y otra ser un belenista. Para nosotros, el belén es un arte", dice el
presidente de la Federación Española. Normalmente, las asociaciones que
componen la federación son las que realizan los belenes monumentales que se
pueden ver en ciudades y pueblos de toda España. Son los belenes en los que no
hay espacio para el papel de plata.
El primer belén documentado de la historia data del
siglo XIII. La escena del nacimiento de Jesús se empezó a venerar en el siglo
III, pero el belén como lo entendemos hoy en día tardó un milenio en arrancar.
Fue obra de San Francisco de Asís. Se trataba de un belén viviente en Greccio
(Italia), lo que no tiene nada que ver con el belenismo actual, pero se considera
el inicio de este arte. En 2023 se cumplirán ocho siglos de aquel primer belén,
un año que la Federación Mundial de Belenistas tiene marcado en
rojo. Entonces, como tarde, espera que el belenismo sea reconocido por
la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Italia y España son los dos puntales
del belenismo aunque también es muy fuerte en otros países de Europa como
Francia, Alemania y Europa del Este. También está muy presente en Latinoamérica.
Por ramas del cristianismo, la que más cultiva el belén es el catolicismo.
Dentro de España, las referencias son Andalucía y Cataluña, donde se les conoce
como pesebristas, derivado de pesebre, otra de las formas con las
que se conoce al belén. También se le llama nacimiento.
¿Cuántos tipos de belenes hay?
Hay muchísimos tipos de belenes. El belén que tienes
en casa, a no ser que seas belenista y no lo sepas, es popular, de los que se
montan rápidamente. Los que cuestan trabajo son los artísticos. Hay artistas
que se dedican en exclusiva al belenismo: Solo en España hay unas 30 empresas.
En cuanto a precios, depende de si es una figura hecha con un molde, más barata,
o exclusiva, mucho más cara. Dependiendo del artesano, su precio oscila entre
10 y 25 euros por centímetro de altura. Es decir: una figura de 25 centímetros
puede costar entre 250 y 625 euros.
Según el estilo de las figuras, hay belenes bíblicos
(también conocidos como hebreos o palestinos), regionales y modernos. En los
primeros, las figuras van vestidas al estilo del siglo I, o al menos esa es la
intención.
Dentro de los regionales hay varios que destacan: en
España, el catalán y el vasco. Las figuras llevan ropa tradicional de estas
comunidades autónomas españolas. Los pastores pueden ir con barretinas o
chapelas; pero los protagonistas suelen llevar ropa palestina.
Fuera de España, destacan santones, de Marsella, y napolitanos.
Este tipo es, precisamente, el que inspira el belén del Palacio Real de Madrid.
La estética tiene poco que ver con Oriente Próximo en el siglo I; es del siglo
XVIII.
Los belenes regionales tienen detractores contados,
solo los más puritanos del estilo bíblico. Con los modernos entramos en otra dimensión:
tienen muchos enemigos entre los belenistas. Los belenes modernos van más allá.
No solo explotan otras épocas históricas, además se atreven a lanzar mensajes y
hacer críticas y denuncias de carácter social y político.
Religión y belenes
La vocación del belén es religiosa, pero hay muchas
personas no creyentes, e incluso ateas, que son belenistas a las que les llama
el trabajo artístico. Es una tradición que se adopta de
pequeños y que resurge con el paso de los años.
La mayoría de los belenistas son personas jubiladas.
Nadie sabe cómo atraer a los jóvenes hoy en día, aunque este arte-tradición
goza de buena salud hoy en día.
Adaptado del artículo publicado en https://verne.elpais.com/verne/2017/12/11/articulo/1513003040_086275.html
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