Las
políticas de austeridad podrían incrementar entre 15 y 25 millones el número de
europeos viviendo en la pobreza en 2025, según el informe "La trampa de
la austeridad" publicado por Oxfam. El número de personas en riesgo de
pobreza en Europa se elevaría hasta los 146 millones, es decir, uno de cada
tres europeos serían pobres. Hasta el momento, las únicas personas que se han
beneficiado de las medidas de austeridad ha sido el 10% de los europeos más
ricos.
El informe resalta que las medidas de
austeridad puestas en marcha para equilibrar las cuentas están causando más
pobreza y desigualdad y se puede tardar más dos décadas volver a los índices de
pobreza de 2008. Estas medidas, entre las que se encuentran los 4,5 billones de
euros invertidos en el rescate de la banca, no están consiguiendo reducir los
niveles de deuda ni crear un crecimiento económico inclusivo.
En palabras de Joseph Stiglitz (premio
Nobel de economía y ex economista jefe del Banco Mundial): “La austeridad sólo
ha conseguido paralizar el crecimiento de Europa. Y lo que es peor, la
austeridad contribuye al aumento de las desigualdades, exacerbando
innecesariamente el sufrimiento de las personas en situación de desempleo y
pobreza durante muchos años”.
Desde Intermón Oxfam creemos que esta
situación puede cambiar, ya que existen alternativas a las actuales políticas
de austeridad. En primer lugar, el problema de la deuda pública debe resolverse
a través de un arbitraje transparente, que podría incluir la reestructuración o
cancelación de la deuda. Además, se deben solucionar los fallos estructurales del
sistema financiero. La pobreza y el sufrimiento que se están generando en
Europa están afectando también al resto del mundo. Por ello, llamamos a los
responsables europeos y a los ministros de finanzas de la EU a aparcar la
austeridad y a liderar otros modelos de crecimiento social y económico.
Recomendaciones
para un cambio de rumbo:
- Invertir en las personas, dando prioridad al estímulo económico, la creación de empleo y la ayuda oficial al desarrollo.
- Invertir en los servicios públicos: educación y atención sanitaria públicas, universales y de calidad para todas las personas.
- Fortalecer la democracia institucional: mayor participación, mayor transparencia y mayor democracia en el ámbito laboral.
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