El grado de estupidez humana no tiene
límites. Cada día observamos más y más gilipolleces que hacemos los humanos.
El móvil se está convirtiendo en parte de nuestro ser. Sin él no existimos, no somos. Esto está dando lugar a un nuevo hombre, el "tontomovil". Se trata de seres encorvados, mirando a una pantalla que alarga su mano y acorta su cerebro porque van relegando su pensamiento ¿para qué pensar si el móvil lo "sabe todo"?. Son personas que no miran lo que les rodea, que no hablan con los que tienen al lado ¿para qué si con el móvil lo puedes ver todo y te permite comunicarte con todos? Son personas que cuando les hablas, te contestan sin mirarte y cuando les reclamas su atención suelen decir expresiones como "un momento..." o "espera, espera..." o te invitan a que observes la pantalla con un "mira, mira que chulo..." Parece como que no les importase nada más que eso y por supuesto es "un órgano" tan importante como el corazón o la cabeza ya que no pueden vivir sin él.
El móvil se está convirtiendo en parte de nuestro ser. Sin él no existimos, no somos. Esto está dando lugar a un nuevo hombre, el "tontomovil". Se trata de seres encorvados, mirando a una pantalla que alarga su mano y acorta su cerebro porque van relegando su pensamiento ¿para qué pensar si el móvil lo "sabe todo"?. Son personas que no miran lo que les rodea, que no hablan con los que tienen al lado ¿para qué si con el móvil lo puedes ver todo y te permite comunicarte con todos? Son personas que cuando les hablas, te contestan sin mirarte y cuando les reclamas su atención suelen decir expresiones como "un momento..." o "espera, espera..." o te invitan a que observes la pantalla con un "mira, mira que chulo..." Parece como que no les importase nada más que eso y por supuesto es "un órgano" tan importante como el corazón o la cabeza ya que no pueden vivir sin él.
¿Pero qué
nos está pasando? ¿Nos está haciendo gilipollas el móvil?
Esta semana me ha llamado poderosamente la
atención una imagen de unos jóvenes en el Rijksmuseum de Ámsterdam ante
el cuadro La ronda nocturna,
una de las obras maestras del pintor Rembrandt. Ver la imagen arriba. Se comenta por sí sola.
Ofrezco además un interesante vídeo sobre cómo el abuso del móvil nos
aleja de la realidad y nos impide disfrutar de la belleza de la naturaleza.
No es de extrañar que en este mundo resulte difícil creer. Si somos
incapaces de admirar la belleza de una obra de arte o de escuchan el silencio y
contemplar la grandiosidad de un paisaje, ¿cómo podremos ver a Dios? (JR)
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