Alister MacGrath, científico y converso
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Cada vez hay más ateos que han encontrado
la fe tras leer a autores ateos que no ofrecen respuestas
El famoso
teólogo y apologeta británico se refiere sobre todo a la obra de Richard
Dawkins y Christopher Hitchens, que con respuestas superficiales a las grandes
preguntas despiertan interés por lo espiritual.
Al parecer,
el fenómeno de los nuevos ateos se está diluyendo en un mundo que reclama
espiritualidad y respuestas. En la tierra de los grandes neoateos Richard
Dawkins y Christopher Hitchens, fallecido en diciembre de 2011, hay personas
que se convierten al cristianismo después de haber profundizado en sus
propuestas fieramente antirreligiosas.
Es lo que
cuenta el irlandés Alister McGrath – converso él también– en una reciente
entrevista concedida al diario italiano Avvenire. McGrath, filósofo,
científico, apologeta y prestigioso teólogo anglicano, es profesor del King’s
College de Londres y presidente del Oxford Centre of Christian
Apologetics.
La
interacción entre la teología cristiana y las ciencias naturales ha sido un
tema clave en su labor investigadora, como lo demuestran los tres volúmenes de
su Teología Científica. Entre sus numerosos libros destacan Teología
Cristiana, Dios y la evolución y El Dios desconocido.
Ha publicado
recientemente dos volúmenes titulados Apologetas. Cómo ayudar a quien está
en búsqueda y a los escépticos a encontrar la fe y Sorprendidos por el sentido.
La ciencia, la fe y cómo dar significado a las cosas.
Negaban la
existencia Dios… y se encontraron con Él ...
“No hay duda
de que el desarrollo del nuevo ateísmo ha traído un renovado interés cultural
hacia Dios. En mis conversaciones y debates con los nuevos ateos, a
menudo les he agradecido que hayan suscitado una nueva curiosidad por la
religión, por Dios y por el sentido de la vida. Por otra parte, actualmente el
nuevo ateísmo está perdiendo ya su carácter de novedad. Repiten simples
eslóganes que cada vez se vuelven más simplistas, no son cuidadas afirmaciones
de síntesis intelectual. Aquellos que una vez creíamos que el nuevo ateísmo
ofrecía buenas respuestas a las grandes preguntas, hoy comprendemos que solo
ofrece simples frases hechas que no satisfacen los interrogantes más
profundos”, sostiene.
“He hablado
recientemente con un colega que está estudiando el caso de personas que se
han convertido al cristianismo como resultado de su lectura de los libros
del neoateo Richard Dawkins. Son personas que leyeron a Dawkins con la
expectativa de encontrar en él sofisticadas respuestas a las grandes cuestiones
de la vida, y sin embargo se encontraron con algo superficial e insuficiente.
Pero su sed de verdad les llevó a continuar y finalmente hallaron la respuesta
en el cristianismo”, explica el teólogo británico.
Alister
McGrath cree que Dawkins presenta, simplemente, un nuevo fundamentalismo
dogmático: el del ateísmo: “De hecho –asegura– su documental “The God
Delusion” fue un gol en propia puerta monumental, porque convenció a
muchos no creyentes de que el ateísmo es tan intolerante como lo peor
que la religión puede ofrecer”.
Un ateísmo
pasado de moda
“Algunos
analistas culturales han argumentado que el ateísmo es la religión de la
modernidad. Pero la llegada de la posmodernidad le ha quitado el puesto: el
ateísmo ahora parece un poco pasado de moda, es la herencia ideológica de una
generación anterior, muy marcada por el materialismo de origen marxista.
En su lugar, la posmodernidad ha recuperado el interés por la espiritualidad.
No tengo ni idea de hacia dónde nos llevará esta tendencia, pero ciertamente
parece que nos aleja de un ateísmo que no es la única visión posible del mundo
para una persona racional y pensante. La fe en Dios nos da motivos para
examinar más de cerca el universo, y genera una matriz que alienta y facilita
un compromiso con el mundo. Por supuesto, sé que esta conclusión será debatida,
y lo asumo. Sigo siendo muy respetuoso con los ateos: creo que tengo mucho que
aprender de ellos y de las preocupaciones que expresan. Pero yo ya no comparto
su fe. O más bien, la falta de ella”, sostiene.
Una
afirmación, la del respeto recíproco entre ateos y creyentes, que
encuentra su mejor ejemplo en la interesante entrevista que Richard Dawkins
realizó a McGrath –por quien reconoce su afecto y admiración– en uno de sus
documentales para la televisión británica.
De la
“arrogancia intelectual” a la fe
“Espiritualmente,
Dios es el oxígeno de mi existencia”, reconoce McGrath, que explica de este
modo su itinerario de conversión: “Creo en el Dios que se da a conocer a través
de Jesús, es decir, un Dios personal que creo que me conoce como
individuo, se preocupa por mí, y me inspira a vivir mi vida con un firme
propósito y una profunda satisfacción en el servicio a los demás. Eso me sitúa
dentro de los parámetros generosos del cristianismo. Pero no siempre he visto
las cosas de esta manera. Cuando yo era joven y vivía en Belfast, Irlanda del
Norte, durante la década de 1960, llegué a la idea de que Dios era una
ilusión infantil, adecuado para las personas mayores, los intelectualmente
débiles y los fraudulentos curas y religiosos. Admito que esta era una visión
bastante arrogante, y que ahora encuentro un tanto embarazosa. Mi excusa
patética para esta arrogancia intelectual es que mucha gente sentía lo mismo
por aquel entonces. Mi generación recibió la idea de que la religión
estaba en las últimas y que nos aguardaba un amanecer glorioso, con el
ocaso de Dios a la vuelta de la esquina. Pero, tras mi paso por la universidad
y mi doctorado en biología molecular, pronto me di cuenta de que mi hipótesis
de la vinculación automática entre las ciencias naturales y el ateísmo era
bastante ingenua y desinformada. Luego, la oportunidad de hablar con los
cristianos sobre su fe me reveló que sabía relativamente poco acerca de su
religión, la cual había llegado a conocer principalmente a través de las no muy
precisas descripciones de sus principales críticos, incluyendo el británico
Bertrand Russell y el filósofo social alemán Karl Marx”, recuerda.
Falacias
ilustradas
MacGrath
sostiene que son muchas las falacias atribuidas a la religión desde que la
Ilustración irrumpiera en el panorama intelectual europeo: “Muchos filósofos
han expresado severas críticas hacia la Ilustración. El filósofo John Gray ha
escrito mucho sobre sus contradicciones. Por ejemplo: la Ilustración
sostenía que cuando se da razón a la religión, se pone en funcionamiento una de
las mayores causas de violencia. Las guerras de religión en la Europa del siglo
XVII –decían los racionalistas– eran consecuencia directa de los diversos
credos religiosos. Si se aparta la fe, sostenían, también las guerras
serán algo del pasado. Pero ha quedado demostrado que la primera y la
segunda guerra mundial –los conflictos más destructivos que el mundo haya
conocido jamás– no tenían nada que ver con la religión, sino con el
nacionalismo y la economía, en el caso de la segunda, y con el totalitarismo,
no importa si de derechas o de izquierdas”, sostiene.
“Y añado
algo más: creo que, efectivamente, la fe puede ser algo muy peligroso, pero
tanto si uno cree en Dios como si no cree en Él. La fe puede inspirar a algunos
a hacer cosas terribles, pero también lo hace la creencia de que deshacerse de
la fe en Dios es necesario para la humanidad. He visto acciones
maravillosas y deplorables en ambos lados. Habría que referirse más bien a las
acciones de la naturaleza humana, no a la religión”, sostiene.
Una buena
oportunidad para los cristianos
En Apologetas, McGrath
sugiere a los cristianos “interactuar con las ideas de la cultura actual más
que alejarse de ella” y está convencido de que hay aspectos de la
modernidad que representan una oportunidad para el cristianismo. Sobre
todo dos: los relatos y la imagen. Existe una nueva conciencia de la
importancia de las narraciones como camino para explorar el sentido, más útiles
que los argumentos. La mejor manera de responder a las preguntas es, a menudo,
contar una historia en lugar de ofrecer argumentos puramente
intelectuales".
"El
escritor C. S. Lewis fue un maestro en esto. Uno de los motivos por los cuales
sus Crónicas de Narnia tuvieron tanto éxito fue, precisamente, porque
cuentan historias profundamente radicadas en la comprensión cristiana del
mundo: esta visión resuena en la experiencia de la realidad que tienen muchas
personas”, afirma McGrath, que está preparando para 2013 una nueva biografía
del célebre escritor converso británico.
Utilizar más
la imagen...
“El otro
aspecto importante es el de la imagen. Hoy en día se da una renovada
importancia a las imágenes, como, por ejemplo, en la publicidad en televisión.
La Biblia y la tradición cristiana son ricas en imágenes, que pueden ser una
especie de umbral para algunos temas clave de la fe cristiana. Por ejemplo, en
vez de hablar con abstracción de la noción del “cuidado” de Dios por el hombre,
podemos explorar la imagen de Dios como pastor, una imagen que puede
recoger en sí los diferentes elementos de la visión cristiana de Dios: el
concepto de que Dios nos acompaña en nuestro camino de la vida, que siempre
está con nosotros, que no nos abandona, incluso cuando caminamos por
las sombras del valle de la muerte”, concluye.
Fuente: ReligiónenLibertad.com
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