Corona con la bala del Papa |
Efectivamente, el día
de la Virgen de Fátima de 1981 el Papa Juan Pablo II sufrió un atentado. Le
dispararon dos veces. Tras el atentado doscientos polacos trajeron de Polonia
una imagen de N.S. de Chestokova y
la colocaron en el suelo frente a la silla del Papa, mientras oraban con mucho
fervor.
La operación duró cinco horas y veinte minutos. El estado
del herido era considerado como muy grave. La tensión la tenía bajísima.
Monseñor Dziwisz le dio la extremaunción. “Al principio todo era angustia; pero
la esperanza volvió gradualmente durante la operación. Luego, se supo que
ningún órgano vital había sido tocado y que tenía posibilidades de salir con
vida”. El Papa había perdido tres cuartos de su sangre y la transfusión
sanguínea vino a transmitirle un virus. Pasó mucho tiempo en reanimación, pero
cinco días después del atentado, aludiendo a un proverbio polaco, declaró: “Una mano disparó, otra desvió la bala”.
Juan Pablo II ofreciendo un rosario a la Virgen de Fátima |
Un año después del atentado, el 13 de mayo de 1982, Juan
Pablo II viajó por primera vez a Fátima para "agradecer a la Virgen su
intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi
salud".
Después, Juan Pablo II formalizó su devoción y
agradecimiento a la Virgen donando al santuario de Fátima la bala que le
extrajeron. Esta bala está desde 1984 engarzada en la aureola de la corona de la
imagen mariana que preside el santuario.
Asimismo, el Papa donó la faja blanca que llevaba el día del
atentado al santuario polaco de Jasna Góra, donde sus paisanos veneran desde hace siglos la imagen de la Virgen de Chestokova.
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