Emergencia
humanitaria en la R. D. del Congo: más de 20.000 personas huyen a Goma
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“Resulta increíble que, año tras año, se siga acabando con la vida de la gente en el este del Congo. La comunidad internacional ha de comprometerse y garantizar la seguridad de esta región para que, por fin, se vea libre de grupos armados sólo interesados en los recursos naturales y que impiden que los civiles inocentes puedan vivir en paz”, ha dicho el director regional del JRS en la zona de los Grandes Lagos, el jesuita Tony Calleja.
La crisis humanitaria ha estallado nuevamente en Kivu Norte, después de violentos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo y un elevado número de desertores leales al general Bosco Ntaganda, contra quien el Tribunal Penal Internacional ha presentado una orden de arresto por crímenes contra la humanidad y por el reclutamiento de niños soldado.
Desde el 29 de abril al menos 20.000 personas han huido de sus aldeas hacia Goma, la capital de la provincia de Kivu Norte, y unas 3.500 más han pasado la frontera hacia Ruanda. “Las cifras exactas son probablemente más altas. Tenemos buenas razones para creer que al menos 30.000 personas están buscando refugio en otras áreas de esta provincia”, asegura el padre Calleja.
“Además de buscar soluciones concretas a largo plazo por parte de la comunidad internacional, confiamos que el ejército recupere el control de la situación lo antes posible para permitir que miles de hombres, mujeres y niños puedan volver a sus hogares”, añade.
Aunque la guerra del Congo acabó oficialmente en el año 2003, los enfrentamientos entre los grupos rebeldes y las fuerzas armadas en Kivu Norte han continuado. Según datos presentados a principios de 2012, de los dos millones de desplazados internos del país, más de medio millón viven en Kivu Norte.
Los equipos del JRS, presentes dentro y fuera de los campamentos para desplazados en Masisi y Mweso, ofrecen tres tipos de ayudas: educación en escuelas secundarias, educación para mujeres y niños, y ayuda de emergencia a desplazados en condiciones de especial vulnerabilidad, como gente anciana, enferma, huérfanos, embarazadas, etc. También se ha puesto en marcha un proyecto de emergencia en respuesta a los movimientos espontáneos de población que se centra en el suministro de servicios educativos a los niños, la distribución de alimentos y la atención de otras necesidades básicas.
El Servicio jesuita a Refugiados trabaja en más de 50 países del mundo. Más de 1.400 personas responden a las necesidades de más de 650.000 refugiados y desplazados.
Fuente: http://revistaecclesia.com/content/view/34867/60/
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