sábado, 21 de julio de 2018

Eliminar el valor académico de la religión, ¿solución a todas las deficiencias de nuestro sistema educativo?

Es un interesante artículo de Toni Salas Ximelis publicado en ReligiónDigital.com. Traemos aquí las ideas principales y remitimos al artículo completo.
  • "Es la única asignatura que nuestra Constitución ordena a los poderes públicos garantizar"
  •  "Negarle su valor académico es marginarla como inútil para la educación de las generaciones jóvenes"
     la Religión es la única asignatura que los poderes públicos deben garantizar como derecho fundamental de los padres que la deseen para la formación integral de sus hijos. La Religión es la única asignatura que tiene el refrendo popular, pues cada curso escolar millones de padres la demandan para sus hijos. La única asignatura que nadie está obligado, desde que estamos en democracia, a cursarla.
     Los padres tenemos derecho a demandarla no como catequesis, que para eso están las parroquias, sino como materia curricular integrada dentro de la relación de asignaturas del sistema educativo, con valor académico, como lo tienen todas las asignaturas y su evaluación computable, como todas y como derecho de los alumnos que la cursan. La clase de Religión no es ideología, sino un saber.

     Negarle su valor académico es marginarla como inútil para la educación de las generaciones jóvenes. La aportación de la enseñanza religiosa en la formación integral es vital para aquellos que la solicitan.
 La Constitución dice que la educación debe contribuir a la educación integral y que los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres a que sus hijos reciban enseñanza religiosa y moral de acuerdo a sus convicciones.
   Y termina A. Salas citando a  Luis Eduardo Aute en una dedicatoria en el catálogo de su exposición "Templo": "Desde el deseo de salvar el universo de lo trascendente que los necios intentan hacer desaparecer. Venceremos"

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