lunes, 4 de junio de 2018

Corpus Christi en Toledo

   La procesión del Corpus Christi en Toledo es una solemnidad católica, eucarística de tradición muy antigua que se celebra cada año en esta ciudad. Es la fiesta principal de los toledanos y de gran notoriedad entre los católicos españoles, habiendo sido declarada en 1980 de Interés Turístico Internacional.
   Desde 1595 se viene celebrando en la conmemoración del Corpus Christi que es el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Pascua (es decir, 60 días después del Domingo de Pascua; formalmente es el jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte). Tras establecerse en 1991 el domingo posterior como festividad del Corpus Christi, desde 2010 la procesión toledana ha vuelto a celebrarse definitivamente

el jueves, acogiéndose al calendario litúrgico hispano-mozárabe.

Custodia de Arfe- Toledo
a346


   La procesión se empezó a celebrar a raíz de haber otorgado a la catedral el título de Catedral
Primada, por lo que la persona más representativa de este acto fue siempre el correspondiente cardenal primado, como máxima autoridad religiosa.
   Unos días antes de la fiesta empiezan las preparaciones tanto en las calles del recorrido como en la propia catedral. Las calles se cubren con los antiguos toldos que proceden de los gremios de tejedores y sederos. Las calles se alfombran de plantas olorosas (cantueso, romero, tomillo). Los propietarios de las casas de todas estas calles adornan sus balcones con reposteros, banderas y otros ornamentos. La catedral también se engalana con los cuarenta y ocho tapices flamencos del siglo XVII que se colocan en sus muros. además son adornadas algunas calles contiguas a las del paso de la procesión, así como los patios de las casas particulares.
   El día anterior al Corpus tienen lugar las distintas reuniones de los gremios y hermandades que celebran sus propios actos, como entrega de medallas o admisión de nuevos miembros. Por la tarde, un pequeño desfile con la Tarasca, los Gigantones y una serie de comparsas de música, hace el recorrido procesional. Sobre las once de la noche se realiza de nuevo el recorrido, esta vez, con una comitiva oficial donde va el pertiguero, cuya medida de la vara corresponde a la altura que alcanza la custodia; este día va midiendo los espacios correspondientes para que nada impida el lucimiento del cortejo al día siguiente.
   El día del Corpus amanece con el toque de dianas y el lanzamiento de bombas reales. Después, la Tarasca se pasea de nuevo acompañada de la charanga, los gigantones y los cabezudos.
   La guarnición militar se distribuye por las calles del recorrido para cubrir la carrera. A las 11, una salva de morteros anuncia la salida de la procesión desde la catedral, por la puerta Llana.
   La procesión está dividida en dos partes. En la primera parte desfilan las hermandades, capítulos y gremios de creación más reciente. La segunda parte de la procesión comienza con el clero regular y secular, el cabildo primado y la custodia de Arfe; a continuación procesiona el Arzobispo Primado con su séquito y tras ellos las autoridades regionales, provinciales y locales, más las militares.
   La custodia es el elemento principal del cortejo, pues porta el Corpus Christi en cuyo honor se organiza esta procesión. Es también el objeto más importante que se guarda en la capilla del Tesoro de la catedral de Toledo. Su autor, Enrique de Arfe, fue el gran orfebre del siglo XVI. Con una altura de 2 metros y medio y más de 200 kilos de peso (exactamente 183 kilos de plata y 18 de oro), conteniendo 260 estatuillas, situadas bajo doseletes o pequeñas bóvedas repujadas, fue un encargo del cardenal Cisneros. Es de traza gótica arcaizante y de una gran belleza arquitectónica. En un principio se labró en plata, pero a finales del siglo XVI el arzobispo Gaspar de Quiroga mandó que se dorase, para hacer juego con la custodia del altar mayor que es de madera dorada. La custodia tardó siete años en elaborarse y su coste supero los quince millones de maravedíes, de los que Arfe recibió, además de los 2.700 reales estipulados, un aguinaldo de 2.500 maravedíes que el cabildo catedralicio le entregó en la Navidad de 1523 impresionado por su trabajo.
   La custodia sale en la procesión sobre una carroza fabricada para este fin, con un sistema que permite que vaya automáticamente
nivelada incluso en las empinadas cuestas de la ciudad. Va acompañada por las autoridades eclesiásticas y civiles, y escoltada por los cadetes de la Academia de Infantería. A su paso la concurrencia dedica constantes salvas de aplausos.
    
   La procesión del Corpus se celebró desde sus orígenes en jueves, pero en 1991, tras el acuerdo Iglesia-Estado, se reorganizó el calendario laboral y la fiesta de Corpus se trasladó al domingo siguiente. La procesión cambió también de fecha en toda España, excepto casos particulares como el de Sevilla o Granada. En el 2004 y con motivo de la celebración del Congreso Eucarístico Nacional en Toledo, el Arzobispado determinó que se celebrase la procesión en jueves (por tradición) y en domingo (festividad litúrgica del Corpus Christi), de manera que, desde entonces, se celebraron dos procesiones de igual composición y misma solemnidad cada año. Esta duplicidad se ha mantenido hasta el año 2010, cuando el arzobispo primado publicó una Nota en la que restableció la procesión en el día del Corpus Christi según el calendario litúrgico hispano-mozárabe, esto es, el jueves tradicional.

No hay comentarios :