miércoles, 31 de julio de 2013

Buen verano y buen destino

Verano en España. Es época de descanso, de playa, de tiempo libre para realizar lo que en otras fechas no podemos hacer... Javier Leoz  nos propone unos interesantes "destinos" en este Año de la FE. (http://www.javierleoz.org/)

DESTINOS EN EL “AÑO DE LA FE” PARA EL VERANO

1. Acércate a la playa de la Eucaristía cada domingo. No des prioridad a otras actividades que, aún siendo buenas, te hacen olvidar lo que en realidad permanece y no muda: Dios.
2. Visita algún lugar significativo para la vida cristiana. Las maravillas del mundo no siempre son aquellas que, los medios de comunicación, nos hacen llegar. Existen otros asombros que llegan hasta el corazón y que, cuando se visitan, producen paz, sosiego, encanto y fe: los santuarios marianos.
3. Potencia las relaciones familiares. Recupera el gusto de estar con los hijos y, si no los tienes, bríndate generosamente con aquellos que más cerca están de ti. Un déficit que nos asola es que, aun estando próximos, no tenemos tiempo para conocernos y hablar los unos con los otros.
4. Asómate a una lectura cristiana. Un cristiano que no lee algo religioso es una persona que termina pensando  y hablando con lenguaje mundano. Allá donde vayas o donde te encuentres, lleva contigo un libro que merezca la pena, una lectura con valores cristianos.
5. Uno, entre todo, elige aquello que quiere o que más le conviene. Entre los pliegues del ocio, del deporte, del monte o del turismo…no dejes de frecuentar una iglesia. Muchas veces vamos buscando calma y equilibrio sin darnos cuenta que, en el interior de un templo católico, podemos encontrar silencio, fuerza y respuestas divinas.
6. Sea otoño o invierno, primavera o verano…el cristiano sigue siendo cristiano...

No cuelgues en la percha de tu armario la oración o la misa dominical. Muchas edificaciones son ruina cuando, por no dar importancia a una gotera, se vienen abajo. Así también la vida de muchos cristianos, comienza a hacer aguas, cuando comenzamos a no dar importancia a la eucaristía, a la oración, la confesión o a la Gracia de tantos sacramentos.
7. El verano, aunque nos lo vendan como una época de disfrute personal, es un tiempo propicio para volcarnos hacia los demás. Es en tiempos de dificultades donde, nuestra generosidad, se hace más fuerte y leal. Piensa en aquellas familias que, además de no tener vacaciones, no pueden apenas subsistir porque están asoladas por la inclemencia económica. Ayuda allá donde puedas.
8. Donde quiera que vayas, Cristo, irá contigo. Qué grande y llamativo es cuando, en el mar, en el avión o en un crucero, nos encontramos con cristianos que lucen en su pecho la cruz o una medalla. Cristianos que, disfrutando del sol o del descanso, son en palabras y símbolos testigos de lo que creen y llevan por dentro. Una imagen, en medio de la secularización, vale y dice mucho.
9. La alegría es un imán que hace y atrae amigos. Jesús, en multitud de ocasiones, manifiesta su gozo de estar en medio de nosotros. Disfruta, con la sonrisa en los labios, de la compañía de los otros. Levanta si alguno tropieza. Anima si alguien se encuentra sumido en la oscuridad. Comprende si, otros, no piensan como tú. Defiende tu fe  si, en algún instante, es ridiculizada. Eso sí…no pierdas la alegría cristiana.
10. La religiosidad popular es la expresión espontánea, pero a la vez profunda, del amor de un pueblo hacia el Señor, la Virgen o los Santos. Allá donde descanses interésate por las raíces cristianas de sus gentes. Participa en la identidad cristiana del lugar donde te encuentras. Verás cómo, en esa fuente de inspiración cristiana, disfrutarás y comprenderás que DIOS…no anda muy lejos de nosotros.
¡FELIZ VERANO EN EL AÑO DE LA FE!

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