Sobre
las creencias de astronautas ya hemos dejado constancia en este blog con dos
entradas: “La primera MISA en la Luna” y “Científico y creyente. Neil Armstrong, in memoria”
Hoy
nos centramos en los sucesos espaciales y el uso de la Biblia.
En 1968, la misión del Apolo 8 había logrado su
objetivo de orbitar diez veces la Luna a lo largo de 20 horas. Era la víspera
de Navidad, el 24 de diciembre por la noche, y sus tres tripulantes, Frank
Borman, Jim Lovell y Bill Anders, realizaron una sorprendente conexión en
directo con los canales de televisión de todo el mundo. "Estamos cerca de
la Luna y, para todos los que nos siguen desde la Tierra, la tripulación del
Apolo 8 tiene un mensaje que le gustaría compartir: En el principio creó Dios los cielos y la tierra", comenzó a
leer Anders. Era el inicio del libro del
Génesis, que prosiguieron leyendo los tres astronautas en turnos hasta el
versículo 15. "E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor
para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la
noche", continuaron. "Buenas noches, buena suerte, feliz Navidad y
que Dios les bendiga a todos"
Eugene "Buzz" Aldrin en 1969, tras llegar a
la Luna con el Apolo 11, celebró de manera privada “una misa”, con ayuda de una
pequeña forma de pan, unas gotas de vino y una copa de su Iglesia presbiteriana
de Webster, en Texas. Según describió Aldrin, "abrí los pequeños
envoltorios de plástico que contenían el pan y el vino. Vertí el vino en la
copa que me dieron en mi parroquia. En la gravedad de la luna, el vino se rizó
lentamente y se deslizó por el borde de la copa. Entonces, leí en la Escritura:
´Yo soy la vid, vosotros los pámpanos.
El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto´. Comí el pan y
bebí el vino. Di gracias por la inteligencia y el espíritu que habían llevado a
dos jóvenes pilotos al Mar de la Serenidad. Fue interesante pensar: el primer
líquido jamás bebido en la luna y el primer alimento comido allí, fueron las
especies de la comunión."
Aldrin llevaba también un trozo de papel en el que
había garabateado algunos versículos del Salmo
8: "Cuando veo tus cielos, obra
de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre,
para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?",
Aldrin posó el papel sobre la superficie del satélite y regresó a la nave.
El católico Michael Collins, otro de los integrantes
del Apolo 11, también quiso dejar constancia de su fe. En una de las paredes
internas de la nave dejó escrito: "Nave
espacial 107. La mejor creada. Que Dios la bendiga".
En enero de 1971, dos de los tripulantes del Apolo 14,
Shepard y Mitchell, depositaron sobre la superficie lunar un paquete que
contenía la Biblia en microfilm y el primer
versículo del Génesis en 16 idiomas. Seis meses más tarde, durante la
misión del Apolo 15, James B. Irwin, tras caminar sobre la Luna, declaró haber
"sentido el poder de Dios como jamás lo había sentido antes". En
1998, John Glenn, que regresó al espacio después de 36 años, declaró:
"Para mí es imposible contemplar toda la creación y no creer en
Dios".
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