- Lecturas
- Coment. Ev. (Enrique Martínez)
- Recursos (Acción Cat.)
- Presentación (Asun Gut.)
- Evangelio seglar
- Comentario (X. Picaza)
- Presentación (Regina G.)
- Evangelio Ilustrado B/N
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
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