El Papa se ha reunido en el Vaticano con unas cuatro mil personas sin
hogar. Es el primero de los tres días del Jubileo de las personas sin techo
y los marginados. Fue quizá el primer encuentro multitudinario de un Papa
con personas en situación marginada, y ellos no llegaron con las manos vacías.
Por eso mismo, le dieron cientos de cartas y tiernos regalos. Se
detuvo a escuchar sus testimonios.
Luego, improvisó una catequesis en la que
pidió perdón en nombre de toda la Iglesia.
FRANCISCO: "Les
pido perdón en nombre de los cristianos que no leen el Evangelio encontrando la
pobreza en el centro; les pido perdón por todas las veces que los cristianos
delante de una persona pobre o de una situación pobre miramos para otro lado.
Perdón”.
Francisco pidió a estas personas sin hogar
llegadas de toda Europa que no se rindan, que sueñen con construir un
mundo mejor. Y sobre todo, que no dejen que nadie pisotee su dignidad.
FRANCISCO: "La vida se nos hace hermosa, somos capaces de encontrarla bella en
las peores situaciones en las que ustedes viven. Eso se llama dignidad: esa es
la palabra que me vino. La capacidad de encontrar belleza en las cosas más
tristes y sufridas sólo puede hacerlas un hombre o una mujer que tiene
dignidad: pobre sí, arrastrado, no. Eso es dignidad”.
Francisco
pidió a los pobres que rezaran por él, para que sea fiel a su
ministerio. Y lo hicieron con este gesto: casi imponiéndoles las manos. El
Papa dedicó más de la mitad del encuentro a saludar y a abrazar personalmente a
muchos de los participantes, que estaban tan emocionados que provocaron
algún susto a los guardaespaldas del Vaticano. (fuente: Romereports.com)
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