Traemos aquí un fragmento de un artículo de Juan Antonio Estrada publicado en el Diario de Sevilla.Es el fragmento final aunque se puede consultar el artículo en su totalidad aquí.
"...El pueblo
andaluz acompaña a los crucificados y a las dolorosas, y se identifica con
ellos. Pero no se puede olvidar la vida y la lucha de Jesús, porque entonces se
vacía de significado la cruz. Hay que acompañarlo desde la identificación con
los crucificados de hoy: con los refugiados que huyen de la guerra y no
encuentran asilo; con los inmigrantes que se escapan de la miseria y se agolpan
en las fronteras, como la de Melilla; con los millones de parados, que apenas
reciben ayudas en una sociedad marcada por la corrupción de muchos que tienen
poder e influencias; con los que viven de pensiones miserables y con tantos
jóvenes sin esperanza cuando han terminado sus estudios. La cruz no es una
realidad del pasado, sino un símbolo de un presente que interpela a los
cristianos. La indiferencia, el conformismo, la apoliticidad del que se
desentiende de la sociedad y de los más pobres fueron objeto de la crítica de
Jesús y siguen siendo las tentaciones del cristiano de hoy. Una religión que se
refugia en el ámbito privado y no compromete a sus miembros con las lacras de
la sociedad no puede ser cristiana, aunque mantenga los nombres y símbolos que
la identifican como tal. La emotividad y la empatía con los Cristos y Vírgenes
de nuestras procesiones, carece de hondura y de verdad cuando no corresponde a
los valores por los que se crucificó a Jesús. Por eso hay nazarenos que son
ateos, y no tanto porque no practiquen ninguna religión, sino porque la han
reducido a un mero culto formalista, a una escenificación en las calles de
nuestras ciudades, que no corresponde a lo que viven y practican en la vida
cotidiana. La mera religión del templo es la que mató a Cristo y persigue a sus
seguidores.
No hay comentarios :
Publicar un comentario