«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.» (Jesus de Nazaret)
- Comentario Ev. 3 mayo. (Ciudadredonda-Julio César Rioja, cmf)
- Comentario J. Pagola
- Homilía (Pg. Javier Leoz)
- Recursos ACG (Acción Católica)
- Comentario Ev. (Regina Governa)
- Reflexión del domingo (Asun Gutiérrez)
- Presentación (J. Flecha vía Ecclesia)
- Evangelio ilustrado B/N
- Jesús, la Vid verdadera- VIDEO
«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.» (Jesus de Nazaret)
- Comentario Ev. 3 mayo. (Ciudadredonda-Julio César Rioja, cmf)
- Comentario J. Pagola
- Homilía (Pg. Javier Leoz)
- Recursos ACG (Acción Católica)
- Comentario Ev. (Regina Governa)
- Reflexión del domingo (Asun Gutiérrez)
- Presentación (J. Flecha vía Ecclesia)
- Evangelio ilustrado B/N
- Jesús, la Vid verdadera- VIDEO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y
mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo
arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;
permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto
por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no
podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo
que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que
deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

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