Decálogo para el curso
1 Organízate. Ordena tus cosas.
Funcionarás mejor.
Funcionarás mejor.
2 Pide a Dios que te abra el apetito por
la ciencia, por el estudio, por la responsabilidad. La etapa que inicias es
inversión para el mañana.
3 Aficiónate a la lectura. Mucha
televisión te distraerá, no te va a costar; leer sí te costará. El saber leer
te llevará al éxito en los estudios.
4 Sé responsable. Esfuérzate y da tu
propia respuesta a las ofertas de estudio y de trabajo de los profesores.
5 Ilusiónate. Mira siempre adelante, con
ojos limpios. Con ilusión todo te será más fácil y será un buen motor para
avanzar con ganas.
6 Sé buen compañero, sé buena compañera.
Amable, cariñoso y atento.
7 Utiliza los medios, libros,
bolígrafos. No vale decir: “Se me ha olvidado”.
8 Ten buenos modales. Usa palabras
educadas, lávate la boca si se te escapa alguna grosería.
9 Respeta la vida. Apréciala y que se
vea que es así en personas, animales y plantas.
10 Procura siempre hacer bien las cosas.
Te sentirás mejor y te irás superando y estarás satisfecho y contento de ti
mismo. Te auto-estimarás y esto va a ser la base de tu superación en
todo.
Decálogo para el nuevo curso (J. Leoz)
1. Que los errores del año pasado no te impidan
avanzar en aquellos proyectos e ideales que te marcaste: aportará ilusión a tu
trabajo.
2. Vive con intensidad lo que haces.
Cuando uno disfruta con lo que aprende o enseña, se nota. No pongas “el piloto
automático”.
3. Aprecia lo que realizas. No siempre
solemos conseguir lo que pretendemos. Hay que caminar hacia adelante con lo que
tenemos.
4. Respeta a las personas que están
delante de ti. Si eres profesor, llena de sabiduría a tus alumnos. Si eres
alumno, valora el esfuerzo de los que intentan abrirte horizontes.
5. Sé consciente de tus limitaciones.
Con ello conseguirás dos cosas: la humildad y el que los demás te puedan
ayudar.
6. Encomienda a Dios tus afanes. El te
dará la serenidad ante las dificultades, la sabiduría ante los retos, la constancia
cuando te ronde la debilidad.
7. Sé persistente en tu responsabilidad.
Educar, ni ser educado, es fácil. En el día de mañana se agradecen dos cosas:
las personas que se desgastaron por nosotros y los conocimientos adquiridos.
8. Reflexiona sobre los frutos del
pasado curso e, intenta, alcanzar aquellos objetivos que no fueron cumplidos.
9. Muéstrate delicado en tus expresiones
físicas y verbales. No por ser espontáneo ni duro, somos más personas ni más
respetados. Todo lo contrario.
10. Defiende tus ideales cristianos. Que
se te vea contento de tu pertenencia a la iglesia de tu amistad con Cristo.
Tendrás tu recompensa.
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