"No hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro".
Los santos no nacieron siendo
ángeles ni vivieron exentos de dificultades; supieron sobreponerse a ellas y lo
hicieron de forma comprometida y coherente con el Evangelio de Jesús.
La santidad no es un camino fácil, pero
todos los creyentes debemos aspirar a ella. Por suerte, el elenco de santos donde mirar es
numerosísimo, algunos recientemente canonizados y otros que viven junto a
nosotros. Todos llenos de virtudes, ejemplos a seguir… Nosotros, pobres
pecadores, tenemos futuro porque Jesús ha venido a salvar a los pecadores que cambian de vida.
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