«Adoración de los Reyes Magos», de Giotto, con cometa en la pintura |
La estrella de Belén es uno de los grandes misterios que ha
envuelto el nacimiento de Cristo. ¿Fue una invención de San Mateo, un hecho
sobrenatural o una visión astronómica? Para intentar descifrarlo tenemos que
saber cuándo nació Jesús y quiénes eran aquellos Magos de Oriente:
Fecha de la Natividad
De la infancia de Jesús, solo sabemos por los evangelios de
San Mateo y San Lucas, e incluso ambos difieren. El de San Mateo es más amplio
en este sentido. En verdad, el hecho de desconocer en cierta manera lo que fue
la estrella de Belén está evidentemente vinculado a la fecha del nacimiento de
Cristo, pero esta es la gran duda que queda por resolver ¿Cuándo nació Jesús?
Lo cierto y verdadero, es que no nació hace 2013 años. Nuestras fechas están
equivocadas y no se corresponden con la del nacimiento de Jesús. Así es y lo
peor es que ningún estudioso se atreve a dar una fecha concreta y ya poco
podemos hacer a estas alturas.
Los Evangelios enmarcan el nacimiento de Jesús en el momento
que el emperador César Augusto, ordena un censo de población, esto ocurre entre
los años 8 y 6 a.C. “Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José,
que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se
dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su
esposa, que estaba embarazada.” Lc 2,1-6. También coincidente con los últimos
años del rey Herodes, fallecido en el año 4 a.C. el día de un eclipse de Luna.
Se registraron dos eclipses de Luna parciales, el 13 de marzo y 5 de septiembre.
Herodes dijo a los magos “Id allá (a Belén), y averiguad con
diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo
también vaya y le adore” (Mateo 2.8). Pero los magos (los Reyes Magos) no
volvieron, a sabiendas de las intenciones de Herodes y regresaron por otro
camino. “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho
y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en
todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos” (Mateo,
2. 16).
Por aquél entonces, Jesús tendría 2 años. Conociendo la
fecha en que murió Herodes y en la que mandó matar poco antes de su muerte a
los niños menores de 2 años, la fecha del nacimiento de Jesús sería el año 7 ó
6 a.C. En 2008 un equipo de arqueólogos de la Universidad hebrea de Jerusalén,
en unas excavaciones, descubrieron centenares de cadáveres de niños del siglo
primero, con edades comprendidas entre los 0 y los 2 años, coincidente con la
matanza de Herodes.
¿Quiénes fueron los reyes magos?
Fuera lo que fuese la estrella de Belén, tuvo que ser un
acontecimiento resplandeciente para despertar el interés de los Magos, pero no
tanto para el resto de ciudadanos. San Mateo es el único que habla de los
magos, y no le da el título de reyes, ni nombres propios, ni el número de
ellos. El título de reyes se les otorga en el siglo III. En el siglo IV los
teólogos Orígenes y Tertuliano hablan de tres magos y en el siglo VIII se
nombran a Melchor, Gaspar y Baltasar. Los magos eran sabios y hombres de
ciencia que conocían el cielo y los hechos celestes que podían ocurrir en el
futuro. Interpretaban la simbología que representaba que un planeta estuviera
próximo a otro o entrara y saliera de una constelación de estrellas. Eran
también pues, astrólogos. Los Magos eran representantes de los tres continentes
conocidos en aquella época; Asia, África y Europa. Fueron representantes de
todo el mundo conocido. En el Libro de los Salmos se lee:
Salmo 72:9 Que se inclinen ante él las tribus del desierto,
y sus enemigos muerdan el polvo.
Salmo 72:10 Que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas
le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos.
Salmo 72:11 Que todos los reyes le rindan homenaje y lo
sirvan todas las naciones.
Los Magos le dijeron a Herodes: ¿Dónde está el rey de los
judíos que ha nacido? Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a
adorarle (Mateo 2.2). Los magos provienen de tierras lejanas de oriente, de
Irán o de lugares próximos al mar Caspio, a 1.300 ó 1.500 km de Belén. En
ningún lugar se especifica la procedencia exacta de los Reyes, tal vez no
provengan de un lugar exacto, sino de los tres continentes
¿Qué fue la estrella de Belén?
En el año 7 a.C. ocurrió una conjunción planetaria
(acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada habitual.
Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta en 3 ocasiones
en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los magos interpretarían este
hecho como: un gran rey (Júpiter) de Justicia (Saturno) nace entre los judíos
(Piscis). El símbolo de los peces (Piscis) está asociado a la simbología
antigua del cristianismo y algunos estudiosos del tema, indican que proviene
precisamente de la posición de Júpiter y Saturno en dicha constelación, incluso
se ha llegado a relacionar con el nacimiento del pescador, de Jesús.
Se esperaba la llegada del Mesías, según los profetas, y
estos signos indicaban que el hecho estaba ocurriendo, al menos para los Magos
de oriente. Júpiter es el dios principal y Saturno su padre. ¿Qué
acontecimiento más grande se podía pedir para el nacimiento del Mesías? Y no
una sola vez confluyeron los planetas, sino tres. Reyes, dioses y pescadores,
una simbología concordante con la aparición de una gran figura, al menos para
aquellos que esperaban al Mesías.
“Después de oír al rey Herodes, ellos (los Magos) partieron.
La estrella que habían visto en el este iba delante ellos, hasta que se detuvo
en el lugar donde estaba el niño” (Mateo 2.9). El planeta Júpiter se desplazó
lentamente hacia el este en el año 7 a.C., iba delante de los Magos, hasta que
se detuvo y al poco comenzó su camino hacia el oeste. No es necesario entender
al pie de la letra que los magos siguieron a los planetas Júpiter y Saturno, ya
que se desplazan muy lentamente en el cielo, pero tal vez, ese acontecimiento
fue lo suficientemente grande para los Magos, como para desplazarse hasta Belén
y preguntar por el nacimiento del Mesías.
En 1925 se encontró una tablilla de arcilla a 100 km de Babilonia,
con caracteres cuneiformes, que habla de la conjunción triple entre Júpiter y
Saturno, así que fue visible en toda aquella zona. Dicha conjunción planetaria
o acercamiento entre los dos grandes planetas, es posible reproducirla hoy con
programas informáticos de astronomía. La tablilla está en el museo estatal de
Berlín. Los Magos conocían que un acontecimiento astronómico se repetiría por
tres veces durante varios meses. Probablemente partieron de oriente cuando el
fenómeno comenzó, llegando a Belén, cuando éste concluyó. El viaje que
realizaron duró varios meses. Hubo otras conjunciones planetarias en los años
5, 3 y 2 a.C. Aunque éstas están algo lejos de la fecha del nacimiento de
Cristo que se estima en el 7 al 6 a.C.
Incluso la Luna en fase creciente hizo su aparición muy
próxima y bajo los planetas Júpiter y Saturno el día 2 de noviembre del año 7
a.C. Un acontecimiento prácticamente único. El 25 de febrero del año 6 a.C.
Otro fenómeno celeste tuvo lugar: Júpiter y Saturno estaban muy próximos, aún
menos que en el año 7 a.C., pero un tercer planeta brillante, Marte, se colocó
justo entre ellos. El astrónomo Kepler, que descubrió las leyes del movimiento
de los planetas, observó este fenómeno entre el 19 y el 24 de diciembre de 1603
con los planetas en conjunción: Júpiter, Saturno Mercurio y tras numerosos
cálculos, llegó a la conclusión de que se repetía cada 805 años y que había
sucedido entre los años 7 al 6 a.C. con los planetas gigantes, aunque en
aquella ocasión Júpiter solo pasó una vez cerca de Saturno y no tres veces como
la del año 7 a.C. Por lo que fue un acontecimiento maravilloso y rarísimo en el
cielo.
¿Sería un cometa como el famoso Halley, que vuelve cada 76
años? El Halley se vio el 12 a.C. Cuando ponemos una estrella con cola, en el
árbol de Navidad es porque el pintor Giotto en 1304 pintó “La adoración de los
reyes magos”, dibujando un cometa sobre el portal, Giotto se impresionó por la
aparición del Halley en 1301. Desde entonces es una tradición. No obstante de
las crónicas chinas, no tenemos constancia de la aparición de un cometa. Los
chinos registraban todos los fenómenos celestes, mientras que los europeos aún
creían en la inmutabilidad del Universo y los cometas eran achacados a
fenómenos de la atmósfera terrestre, por lo que no eran temas interesantes y no
figuraban normalmente en los registros occidentales.
Pudo ser una potente supernova, una estrella decenas de
veces más grandes que el Sol que explotara, pero no hay registros de ello, ni
restos en el cielo. Un acontecimiento maravilloso ocurrió el 31 de marzo del 5
a.C. Una nova iluminó los cielos. Las novas son estrellas que se hacen muy
luminosas, no tanto como las supernovas, pero impresionan. La nova brilló 70
días y los magos se dirigieron al este tras ella. Cuando llegaron a Jerusalén y
Herodes le dio audiencia, la nova lucía justo al sur y poco antes del amanecer,
encima de Belén.
Tal vez no fue un acontecimiento el que indicó el camino de
los magos a Belén, sino la suma de todos ellos. Los magos, verían las primeras
señales del nacimiento, con la triple conjunción planetaria de Júpiter y
Saturno en el 7 a.C., en febrero del 6 a.C. una conjunción de Júpiter, Saturno
y Marte, en mayo Júpiter, Saturno y Venus, los tres planetas más brillantes del
cielo y siempre en Piscis. Los magos, ante las señales del nacimiento del
Mesías anunciado por los profetas, estarían preparados para partir, hasta que
llegó la nova del 5 a.C. Cuando la vieron, fue la señal definitiva, comenzaron
su viaje durante 70 días, tiempo en que la nova estuvo visible, hasta llegar a
ver a Jesús.
Si el nacimiento de Cristo fue iluminado por algún objeto
celeste, lo único verdaderamente reconocido y que ronde la fecha del nacimiento
de Cristo fueron las espectaculares conjunciones planetarias y la nova que ya
se antoja un poco posterior a dicho nacimiento. Lo cierto es que no hay mucho
más de dónde sacar, consultando programas informáticos de astronomía y de la
propia Biblia. Tal vez el misterio persista a través del tiempo y por siempre.
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