- Decálogo de los Días de los Santos y los Difuntos (J. de las Heras)
La Iglesia Católica celebra el 1 de Noviembre la fiesta de Todos los Santos,
aunque en algunos lugares ella queda eclipsada por la del día siguiente
(Difuntos), pero en algún sentido las dos se identifican o solapan.
Ésta es la fiesta de todos los amigos de Dios, hombres y mujeres que nos han precedido y que han hecho posible que seamos lo que somos. Les damos gracias por haber sido portadores de la vida de Dios: de su herencia heredamos, con su voz cantamos, de su viva recibimos Vida, con Aquel que es un Dios de Vivos, no de muertos (cf. Mc 12, 27).
En sentido estricto la Iglesia celebra a los santos
cristianos, y en especial los canonizados. Pero en un sentido extenso
se puede ampliar el abanico simbólico, para hablar en general de los
mediadores sagrados, de tipo personal o suprapersonal, angélico
o humano, histórico o alegórico, que abren sobre el mundo unos espacios
de veneración y nos capacitan para vincularnos de algún modo a lo
divino....
En esa línea, superando las fronteras de la Iglesia cristiana, quiero ofrecer una posible "lista" de figuras sagradas, para orientación de los lectores, que pueden buscar y trazar otras figuras, este día de los Santos. Este post abre un panel de series de santos. Quien quiera centrarse en lo cristiano empiece por el final.
En la primera imagen aparecen algunos santos "católicos" populares. Vea cada uno a cuántos conoce y cómo puede organizarlos.
En la segunda aparecen los de mi diccionario de pensadores cristianos, aunque no todos están canonizados.
Abren un aura de santidad, son símbolos de poder. Vivimos en un
mundo que no se funda en lo que somos y hacemos, sino en lo que hacen
otros, unos “poderes” de vida que nos rodean. Para nosotros ya no suelen
aparecen como santos en el sentido personal, humano, pero los
recordados con cariño, porque estuvieron en el origen de nuestra fuerte
cultura: son signos del carácter sagrado de la realidad.
1. Dioses inferiores. En casi todos los sistemas
religiosos de tipo politeísta hay unos dioses de tipo más bajo que
ayudan a los hombres a encontrar al Dios supremo. Son de algún modo los
santos primigenios. Es muy posible que digamos que no existen y, en
sentido radical, desde una perspectiva monoteísta (judía, musulmana,
cristiana) no existen. Pero ¿qué sabemos de la riqueza de la realidad?
Confesamos que en el fondo de todo sólo hay un Dios, pero a su lado
podemos imaginar e imaginamos un orbe de podres angélicos, rodeando su
figura
2. Semidioses y héroes. Forman parte de los dioses
inferiores. A veces poseen un carácter titánico o contrario al Dios
supremo (así Prometeo, Atlas, Sísifo); otras aparecen como protectores
buenos, enviados por los mismos dioses (Heracles o Hércules, Teseo). No
tienen por qué ser siempre bondadosos; pueden ser poderosos, pero de
tipo ambivalente. Al final recordaremos aquellos que son en la
actualidad más poderosos en sentido destructor.
3.Ángeles. En los sistemas monoteístas los dioses
inferiores tienden a volverse ángeles; mensajeros de Dios, al servicio
de los hombres. Simbolizan la belleza y armonía. Son el signo de la
realidad emergente, en su estadio primero... Podemos entenderlos como
poderes de intimidad amable, custodios de los niños, pero también como
fuerzas intensas que pueden desgarrar los tejidos perversos de una
sociedad que vive en la injusticia. Pueden convertirse en demonios,
empeñados en destruir a los hombres a quienes debían haber cuidado
(Satán, Iblis); pero son signo excelsos de la salud (Rafael), de la
comunicación (Gabriel), del poder vencedor (Miguel) de Dios.
4. Hombres y mujeres: santos y santas. Son
personajes humanos que han sido elevados por Dios y pueden interceder a
favor de los hombres. Existen en casi todas las tradiciones religiosas.
Entre ellos destaca, para los cristianos, la figura de la Madre de
Jesús. La iglesia católica los canoniza de un modo oficial. De ellos
hablaremos algo más extensamente cuando traemos del cristianismo. Pero
hay hombres santos en otras religiones y culturas. Hay, incluso, santos
"laicos", al servicio de la humanidad, fuera del espacio de las
religiones. Debemos distinguirlos de los simples "santones".
5. Antepasados. Aparecen en muchas religiones como
divinos, garantes y transmisores de la Vida. Pueden vincularse con los
santos. Su veneración es importante en ciertas muchas tradiciones
africanas y en ciertas formas de confucionismo chino. El mayor problema
del cristianismo en China y en otros lugares ha sido encontrar encontrar
un equilibrio entre Jesús, el gran Santo, y los "santos" antepasados.
Ellos eran hasta hace poco tiempo (hasta el tiempo de mi abuela) los más
importantes de todos los santos.
II. FIGURAS FUNDANTES, PODERES PROTECTORES.
Han tenido gran importancia en las religiones antiguas. Suelen estan
vinculadas al poder sagrado, de una forma que hoy nos resulta extraña,
pues ofrece rasgos políticos y/o militares. Santos son los personajes
que han hecho posible el surgimiento de nuestra cultura política y
social, de aquello que somos y tenemos. Por eso los recordamos con
cariño y reverencia, aunque su función ha cambiado para nosotros.
6.Reyes. Aparecen en la memoria arcaica como signo
de Dios, representantes de su poder, creadores del orden sagrado. Judíos
y cristianos pueden venerar a un Rey-Mesías. En sí, las monarquías
sagradas son paganas; los santos reyes son signo de poder más que de
bondad, pero sus signos y figuras han podido introducirse en el
cristianismo. Esta visión de la santidad de los reyes sólo despareció en
Europa con la Revolución francesa. Hoy tendríamos que decir que todos
los hombres y mujeres son reyes, portadores de la suprema dignidad
humana.
7. Guerreros. En muchas religiones, los guerreros y
caudillos victoriosos son signo del poder de Dios, sacramento personal
de su vida. Así sucedió en el antiguo Israel (en tiempo de los Jueces),
lo mismo que en México y otros muchos lugares del mundo antiguo. Son
santos protectores porque luchan contra los poderes del mal, nos
defienden de los enemigos. Ya no queremos guerreros sanos que nos
defiendan de enemigos humanos (Miguel, Santiago Matamoros), sino
guerreros de la vitud, de la honradez, de la ternura de la vida. En
muchos de nuestros pueblos, las "estatua de los santos guerreros" trazan
los rasgos de nuestra sacralidad.
8. Sacerdotes. Parecen los mediadores básicos de
las religiones cósmicas. Están dedicados ante todo al culto y son
expertos en lograr que lo sagrado se haga presente, a través de los
sacrificios. En sentido estricto, la mayoría de las religiones cósmicas
deberían llamarse sacerdotales o sacrificiales. Han sido admitidos en el
cristianismo ortodoxo y católico. Están teñidos casi siempre de
santidad. Todavía hoy llamamos al papa "su Santidad", le reconocemos
ontológicamente como santo, por su poder episcopal y papal. De todas
formas, actualmente sabemos que todos los hombres y mujeres actúan como
sacerdotes de Dios, pero algunos seguimos venerando mos a muchos que en
otros tiempos lo han sido de un modo más sacral, separados de los otros,
que aún no habían reconocido su dignidad sacerdotal.
9. Ancianos o presbíteros. Son representantes de la
tradición viva. Aparecen normalmente como signo de Dios para el resto
del pueblo: dirigen los cultos, enseñan y guían a los jóvenes,
garantizando la continuidad y el despliegue positivo de la vida. Suelen
tener un valor colegiado y desembocan en los senados políticos modernos
(y en los presbiterios-presbíteros de la iglesia católica). Como hemos
dicho ha, grandes religiones de África y Asia (como China) se han
centrado en la veneración de los antepasados. Siguen siendo santos para
casi todos nosotros. Por eso, la fiesta de los Santos y de los Difuntos
va unida en la iglesia.
10. Chamanes. Los hallamos en algunas religiones de
la naturaleza, pero también pueden presentarse en otras de la
interioridad o de la historia. Son expertos en evocar un trance sagrado
que les pone en contacto con lo divino; así pueden dirigir a los demás,
diciéndoles lo que sucederá. Santos son los que tienen visiones, los que
penetran en los cielos a través de iniciaciones sagradas... Todavía hoy
les tomamos como "santos", aunque tenemos a dejar a un lado sus signos
extraordinarios.
III. CONEXIÓN ESOTÉRICA: HOMBRES Y MUJERES CON "PODERES"
Ha existiendo siempre una tendencia a vincular la santidad con
poderes “distintos”, con fuerzas que pueden influir en nuestra vida. En
esta línea estaban de algún modo los chamanes, pero pueden estar los
posesos y los que "poseen" poderes supra-racionales. Por eso los
evocamos y queremos que nos acompañen, pero trasformados ya en signo de
humanidad bondadosa. Hoy solemos ir en contra de esta santidad, porque
parece desvinculada de la "bondad moral". Pero en esa línea, muchos
quieren otra "magia", la magia de la ternura y del misterio fuerte que
sacude nuestra indolencia, para hacernos ver otros momentos y signos de
la realidad, en clave de amor creador.
11. Magos. Son expertos en dominar y dirigir
poderes numinosos. Tienden a controlar lo sagrado, partiendo de un orden
cósmico donde todo se encuentra vinculado y relacionado. Se consideran
valiosos (es decir, aceptados) si responden a la necesidad espiritual y
material de sus clientes, si resuelven sus necesidades y les ofrecen una
visión coherente de la vida, desde sus coordenadas de presencias y
poderes espirituales. En forma literaria, siguen influyendo de manera
poderosa en occidente, creando sistemas simbólicas de gran hondura (como
el de J. R. R.Tolkien, El Señor de los anillos una de las creaciones
artísticas más importantes del siglo XX). Las religiones proféticas,
centradas en el valor moral de la vida, suelen condenarlos.
12. Evocadores de muertos y de espíritus (cf. Dt
18, 11). Los primeros se llaman nigromantes: creen de algún modo que los
difuntos son divinos y que pueden responder a quienes les invocan,
guiándoles en la vida. Los evocadores de espíritus cumplen una tarea
semejante y aparecen, de algún modo, como funcionarios de lo sagrado,
pues crean conexiones entre los diversos campos de la realidad. En esa
línea se sitúan los diversos mediums de la actualidad. Las grandes
religiones los toman como peligrosos, pues desligan a los hombres de la
sobria tarea de la vida. Ya no queremos a estos evocadores de muertos,
pero queremos que los muertos vivan en el fondo de nuestra vida, como
signos de la presencia creadora de Dios.
13. Los adivinos (cf. Dt 18, 10) descubren lo
oculto o predicen el futuro. Pueden hacerlo por suertes, por el sonido
del viento, por la forma de las nubes o empleando muchos otros signos.
En Roma se especializaban en interpretar las formas y movimientos de las
vísceras de los animales sacrificados. En otros contextos han actuado
como intérpretes de sueños, pues con frecuencia se ha supuesto que en
los sueños habla lo divino. Quieren crear conexiones y descubrir
realidades ocultas. No tienen por qué ser santos en el sentido moral;
puede ponerse al servicio de la destrucción. Hoy necesitamos adivinos
"creadores" de esperanza, es decir, animadores de un futuro bueno.
14. Encantadores, brujos (cf. Dt 18, 10b). Suponen
que el mundo es un sistema de poderes que pueden evocarse y manejarse,
si se tiene sabiduría y práctica para ello. Se pueden encantarse
serpientes (animales vinculados con el mundo subterráneo, con la sabia
desnudez y el sexo, portadores de un fuerte potencia de sacralidad
mágica), pero, sobre todo, personas, a través de un tipo de hipnosis
sagrada, que suele estar cerca de la posesión diabólica. Entre los
encantadores están los brujos y brujas, personas que parecen crear
conexiones con un orden oculto, divino o demoníaco; algunos han sido
juzgados y asesinados todavía en tiempos bastante recientes en Europa y
USA. En línea literaria más amable están las hadas (por no citar los
múltiples encantamientos de las grandes obras de Shakespeare o del
Quijote de Cervantes). No creemos las brujas y hadas antiguas... pero
resulta necesario que podamos evocar la presencia del misterio de Dios
(de la vida) en todas las cosas, de un modo creador y amable.
15. Hechiceros (cf. Dt 10, 11). Los mediadores
sagrados anteriores, en línea esotérica, pueden llamarse de algún modo
hechiceros, es decir, personas expertas en crear relaciones, tanto
positivas como destructivas, entre personas. Son dueños de poderes que
están por encima de las capacidades normales de la gente, a veces
tienden a dominar sobre los demás. Actualmente, una vez que el mundo de
los hechiceros antiguos ha terminado, queremos descubrir la presencia
fuerte de la vida de Dios en todas las cosas... Queremos llenarlas de la
carga positiva de Dios, es decir, del amor que crea... La razón pura no
basta, la ciencia pura no resuelve el tema human. Queremos una razón
más alta, el línea de encuentro de amor.
IV. RELIGIONES MODERNAS.
Han tendido de presentar como “santos” a una serie de personajes que
han hecho posible el surgimiento de las grandes religiones. Son los
garantes del orden religioso en este mundo y en el mundo superior.
16. Místicos, budas y bodisatvas. Son los virtuosos de la interioridad religiosa y han actuado de un modo especial en las religiones de la India y China. De allí vienen los grandes meditantes (gurús, yoguis, maestros zen) que descubren lo divino en su vida interior y ayudan a realizar el mismo camino a los demás. Son expresión del misterio escondido de Dios que se revela a través de su experiencia interior. En esta línea se sitúan los grandes "gurús", los iniciadores en la contemplación, tanto en el budismo como en el hinduismo y taoísmo.
16. Místicos, budas y bodisatvas. Son los virtuosos de la interioridad religiosa y han actuado de un modo especial en las religiones de la India y China. De allí vienen los grandes meditantes (gurús, yoguis, maestros zen) que descubren lo divino en su vida interior y ayudan a realizar el mismo camino a los demás. Son expresión del misterio escondido de Dios que se revela a través de su experiencia interior. En esta línea se sitúan los grandes "gurús", los iniciadores en la contemplación, tanto en el budismo como en el hinduismo y taoísmo.
17. Profetas. Pertenecen a las religiones de la
historia. Son hombres o mujeres de Dios porque saben interpretar y
contar la historia en clave religiosa, como revelación de lo divino.
Moisés es el profeta central del judaísmo. Jesús es profeta mesiánico y
Mahoma el profeta del Libro. Son los santos por excelencia, hombres de
la palabra. Actualmente, solemos llamar profetas a los que abren un
camino nuevo de justicia, muriendo muchas veces por ser fieles al ideal
de su vida. En esa línea pueden situarse hombres como Martin Luther
King, M. Ghandi, Monseñor Romero, D. Bonhöffer I. Ellacuría y tantos
hombres y mujeres fieles a la verdad y a la justicia humana.
18. Sabios. Tanto los sacerdotes como los místicos y
profetas son sabios, pues conocen la realidad a través del sacrificio,
la experiencia interior o la palabra proclamada. Los sabios auténticos
son los que conocen el misterio divino, compartiendo con otros su
experiencia de conocimiento, al servicio de la vida. Han tenido
importancia especial en las llamadas religiones sapienciales, como la de
China, donde se suele citar a Confucio. En la tradición europea tenemos
a Sócrates, el Sabio por excelencia.
19. ¿Administradores sagrados?. Algunas religiones
más racionalizadas (como el cristianismo) han creado unos funcionarios
sagrados, que son básicamente supervisores de la comunidad y les han
llamado obispos (del griego vigilar) o presbíteros (ancianos encargados
del orden comunitario). Son los grandes organizados de iglesias y
comunidades religiosas, hombres y mujeres que han puesto su vida al
servicio de los fieles de sus respectivas comunidades. En la iglesia
católica y ortodoxa tienen carácter sacerdotal: una gran parte de los
santos canonizados son obispos, a partir de los llamados "Padres" de la
Iglesia: Crisóstomo y Basilio, Agustín y Gregorio Magno.... Suelen tener
una aureola de santidad, porque ayudan a los otros en la vida.
20. Escribas y teólogos. Son los grandes funcionarios
sagrados de las religiones del libro. En esta línea se sitúan los
rabinos de Israel, lo mismo que los doctores-maestros cristianos y los
ulemas musulmanes. Entre ellos podemos citar a los maestros del
fariseísmo (como Hilel) o a los creadores de la Misná, a los formadores
del Islam canónico o a los teólogos cristianos, como San Simeón o Santo
Tomás de Aquino. Tienden a constituirse en forma corporativa, como
Magisterio sagrado. Muchos santos están con un libro en la mano: ellos
interpretan la ley de Dios.
V. APLICACIÓN AL CRISTIANISMO. SANTOS DE JESÚS
Son el signo de la presencia y permanencia de la vida de Jesús en la
historia. Han sido venerados en primer lugar por el pueblo, que los ha
"canonizado" con su "culto", pero después la iglesia oficial se ha
reservado la facultad de canonizar o beatificar, fijando aquellos santos
que pueden ser venerados por los fieles. Se han trazado así las listas
de santos y santas, según categorìas que reflejan una visión eclesial de
tipo bastante jerárquico. Estas son anguas categorías básicas de
santos: mártires, obispos, doctores, presbíteros, vírgenes, confesores,
santos varones, santas mujeres... Aquí queremos indicar algunos
"modelos" básicos de santos según la tradición primera de la Iglesia.
21. Pobres, excluidos. Para Jesús, santos son ante
todo los pobres y excluidos, como indica Mt 25, 31-46: el hambriento y
sediento, en desnudo o emigrantes, el enfermo o encarcelado… Los hombres
y mujeres que sufren (huérfano, viuda, extranjero en el Antiguo
Testamento) son la Señal de Dios, son el signo de su presencia. Ellos
son los “hermanos de Jesús”, los más pequeños, signo y presencia de la
santidad de Dios, Dios mismo hecho debilidad en el camino de la vida.
22. Santos son todos los cristianos. Para Pablo,
santos son todos los creyentes: santos de un modo expreso, porque han
sido trasformados por el signo de Cristo, en el bautismo… Todos los
cristianos, sin distinción, por el amor de Dios que les acoge y vincula
con su vida en Cristo. Son santos porque Dios les ama, no porque ellos
realicen cosas extraordinarias.
23. Santos son los testigos de la vida, es decir, los mártires:
aquellos que (muriendo o sin morir) mantienen en el mundo el testimonio
de los valores de la humanidad, de la fe en los demás, de la honradez
moral. Por eso podemos presentarlos como testigos de la vida, del valor
de una vida que se expresa no sólo en hombres y mujeres como Jesús o los
grandes profetas, sino en una multitud inmensa de gentes que han sido y
siguen siendo portadoras de valores humanos, una “nube de testigos”,
como dice la carta a los Hebreos, cap. 11.
24. Santos son los portadores de vida, hombres y
mujeres que han querido vivir, simplemente eso; que han aceptado la vida
y la han expandido, que beben del gozo de la tierra y que ayudan a
beber a otros, sabiendo que la vida es don, regalo que compartimos,
todos, todos, en el mundo. A ellos les recordamos, por ellos vivimos.
Somos en gran parte aquello que nos han legado los que han vivido ante
nosotros: por eso les recordamos con agradecimiento.
25. Hay algunos especiales, a quienes solemos
llamar santos, por su especial luminosidad, por su valor moral, por su
presencia compasiva, por su esfuerzo callado al servicio de los demás.
Entre ellos podemos contar a San Francisco y San Serafín de Sarov Quizá
no podamos definirlos, pero vivimos por ellos. Por eso, un día como hoy,
agradecemos su presencia y vivimos de su gracia. Estamos inmersos en un
mundo de ángeles y santos, de poderes de vida... Somos portadores de la
santidad de Dios, de su belleza. Hoy es la fiesta de los Santos.
Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2013/10/30/p342611#more342611
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