- Se celebra a orillas del río Ganges.
- 40 millones de hindúes se sumergen en el río sagrado de la India.
Millones de
peregrinos hindúes estaban reunidos este domingo en el río Ganges, en la
jornada más propicia del Kumbh Mela, la mayor festividad religiosa del mundo
que se celebra cada doce años en Allahabad, en el norte de India.
Los peregrinos
afluyeron hacia las aguas antes del amanecer, conducidos por gurús con el
cuerpo recubierto de ceniza, para celebrar un baño que según la creencia los
lava de sus pecados.
La
concurrencia era tal que el domingo por la mañana había 40 millones de
personas en Allahabad, una ciudad que en tiempos normales tiene una
población de 1,2 millones.
-456Unos veinte millones se habían concentrado en la inmensa zona reservada a los peregrinos, en las orillas del río sagrado, precisó Ashok Sharma, uno de los portavoces del festival.
Miles de policías y de voluntarios encargados de dirigir a toda esta marea humana pedían a los peregrinos que se bañaran rápidamente en el agua gélida, para dejar espacio a los siguientes.
"Se estima que el número de personas que van al río es de unos 20 millones, según nuestras observaciones aéreas desde helicópteros, nuestras cámaras y nuestra gente en el terreno", añadió el portavoz.
La "Maha Kumbh Mela", que comenzó el 14 de enero y concluirá a inicios de marzo, se celebra cada doce años en Allahabad (Uttar Pradesh, norte) y reúne a lo largo de 55 días a unos cien millones de hindúes, lo que convierte esta celebración en la mayor del mundo.
Los baños tienen lugar en la confluencia de tres ríos sagrados: el Ganges, el Yammuna y Saraswati.Los peregrinos creen que bañarse en estas aguas los limpia sus pecados y los libera del ciclo de las reencarnaciones.
La fiesta tiene su origen en la mitología hindú, que cuenta que algunas gotas del néctar de la inmortalidad cayeron en las cuatro ciudades que acogen la celebración: Allahabad, Nasik, Ujjain y Haridwar.
A pesar de la hora temprana y la temperatura glacial del agua, por cierto muy contaminada, los peregrinos dijeron estar regenerados por la experiencia.
"Sencillamente, es una experiencia que no es de este mundo", explica Swapna Bhatia, un decorador de interiores procedente de Nueva Delhi. "Ahora me siento totalmente ligero".
"Entrar en el río puede cambiar tu vida para siempre", asegura Malti Devi, de 65 años, que ha venido desde Londres.
La mayoría de los fieles sumerge la cabeza en el agua. Otros beben un trago o llenan una cantimplora para llevársela a su casa.
A pesar de su importancia en los ritos del hinduismo, el Ganges padece la contaminación derivada de la industria y de la implantación de millones de personas en sus orillas, que transforman sus aguas claras que nacen en el Himalaya en una corriente fangosa llena de detritus.
Fuente: Religiondigital yAgencias
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