- Día Internacional para la Abolición de
la Esclavitud (2 diciembre)
- Parece una lacra de tiempos pasados, pero la esclavitud sigue presente en la sociedad.
Un niña trabaja en India. (REUTERS)
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VIDEO: Esclavos del siglo 21- 858 |
La
esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas. La
clandestinidad del fenómeno hace imposible manejar cifras exactas, pero las
aproximaciones que ofrecen gobiernos, instituciones y ONG revelan la dimensión
de un problema que no solo sigue existiendo en pleno siglo XXI, sino que
no ha dejado de crecer. Uno de los informes recientes más exhaustivos,
elaborado por el Departamento de Estado de EE UU y publicado este mismo año,
sitúa el número actual de esclavos en 27 millones. Pero la cifra real, sin
embargo, podría ser mucho mayor, según mantienen organizaciones internacionales
y religiosas que trabajan con criterios menos estrictos. La Confederación
Española de Religiosos, por ejemplo, denunciaba el pasado mes de abril que unos
400 millones de niños viven en situación de esclavitud en el mundo. Muchos de
ellos, como la niña de Hyderabad, trabajan en lo que se conoce como
servidumbre por deudas, un tipo de esclavitud no incluido en el informe del
gobierno estadounidense. ...
La herida,
además, es planetaria. A pesar de que la esclavitud está legalmente prohibida
en todo el mundo, hay esclavos en todos los países y territorios, con una sola
excepción: Groenlandia, que tiene poco más de 15.000 habitantes. Cada año,
entre 600.000 y 820.000 personas son víctimas del tráfico de
seres humanos a través de fronteras internacionales. El 70% son mujeres; el
50%, niñas. En Brasil hay esclavos produciendo el carbón que se utiliza en la
fabricación de acero para automóviles; en Birmania, las plantaciones de azúcar
están llenas de niños esclavos; en Níger, muchas mujeres (y niñas) son
compradas y vendidas como esposas "no oficiales", sin ninguno de los
derechos que la ley reconoce a las mujeres casadas; en Ghana, traficantes
introducen en el país esclavos comprados en otros estados para trabajar en
cultivos de cacao; en Nueva Delhi, muchas tiendas de bisutería se nutren
del trabajo que realizan sin descanso, a menudo en el mismo edificio, niños y
adolescentes de entre 10 y 20 años; en la República Democrática del Congo,
miles de niños son esclavizados y explotados en la extracción de la casiterita
y el coltán con los que luego se fabrican nuestros ordenadores y nuestros
teléfonos móviles...
La lista es
interminable y no se limita al llamado tercer mundo. Tampoco es un problema
cultural. La esclavitud existe en los países ricos y en todas las culturas. En
Occidente, España incluida, cientos de miles de mujeres son forzadas cada día a
trabajar como esclavas sexuales, víctimas de la trata de personas y de las
redes de prostitución. No hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos: En
noviembre, la Policía Nacional desarticuló una organización criminal
que, desde el año 2005, había trasladado a unas 8.000 mujeres rusas para su
explotación sexual en España, con el pretexto de falsas ofertas de trabajo.
La
esclavitud existe en los países ricos y en todas las culturas y, sin embargo,
la misma palabra "esclavitud" sigue evocando en la sociedad imágenes
de otro tiempo, de una lacra superada. Se piensa en un esclavo como en algo
extraño, anecdótico, y, en cualquier caso, completamente ajeno. "La
sociedad percibe la esclavitud como un problema resuelto", explica a 'el
mensual' Karlee Sapoznik, presidenta y cofundadora de la organización
Alliance Against Modern Slavery (alianza contra la esclavitud moderna):
"Uno piensa: 'Yo no tengo ningún esclavo y, por supuesto, estoy contra la
esclavitud, así que no soy responsable', pero lo cierto es que estamos todos
implicados, porque consumimos a diario cientos de productos producidos por
esclavos, desde un ordenador portátil hasta una tableta de chocolate".
La mayor
parte de los expertos considera que para que pueda hablarse de esclavitud
tienen que darse tres condiciones básicas: Ser forzado a trabajar sin recibir
un salario, trabajar bajo el uso de la violencia directa o de amenazas, y no
poder escapar. Kevin Bales, fundador de la organización británica Free The
Slaves (liberad a los esclavos), describe a un esclavo como "cualquier
persona que es tratada como mercancía, en lugar de como un ser humano con
necesidades, sentimientos y derechos".
No todas las
personas que trabajan en condiciones precarias son, sin embargo, esclavos. En
este sentido, Francisco Rico, abogado especialista en refugiados y
derechos humanos, explica que la terminología es importante: "Yo
prefiero hablar de trata de personas, y no por minusvalorar el problema,
sino por una cuestión práctica. No me importa que se aproveche la fuerza del
término 'esclavo' para crear conciencia, pero a veces es más efectivo, ante un
juez, utilizar términos que están mejor regulados en las leyes. Es más difícil
que prospere una denuncia por esclavitud que una denuncia por trata de
personas. Y lo importante es que en la trata ya están incluidos muchos de los
elementos que definen la esclavitud, es decir, explotación, servidumbre,
maltrato, abuso y opresión".
La esclavitud contemporánea tiene muchas caras
Un informe
respaldado por la Unesco enumera siete: La esclavitud doméstica, la
esclavitud por deudas, los contratos esclavistas, el trabajo forzoso para el
Estado, la prostitución forzada, los matrimonios forzosos y la esclavitud en
tiempos de guerra. "Las formas de esclavitud son muchas, pero las
víctimas son siempre los más vulnerables, los discriminados, las niñas, los
pobres... Y caer en la esclavitud es más fácil cuando no tienes que comer o
necesitas una medicina", señala Sapoznik. "El caso de las mujeres
esclavas en Occidente, por ejemplo, nos toca de cerca, y no solo estamos
hablando de prostitución sino también de niñeras o empleadas domésticas, muchas
de ellas inmigrantes, que trabajan en condiciones de auténtica esclavitud, porque
de ello depende que puedan seguir en el país".
La exclusión
social no es, sin embargo, una garantía de inmunidad. Jasmine (prefiere
no dar su apellido) no pertenecía a ninguno de estos grupos teóricamente
vulnerables: "Yo iba a la universidad, no procedía de la calle, tenía una
familia que me quería y que me había educado en valores muy firmes... Pensaba
que algo así no podría pasarme", explica: "Tenía 18 años".
Ahora, Jasmine se refiere a sí misma como una superviviente del tráfico de seres
humanos, y se recupera en Toronto, Canadá, donde vive, de una pesadilla que la
marcó para siempre.
Estaba
atrapada, forzada a prostituirme, esclavizada. "Todo cambió cuando empecé
a obsesionarme con las cosas materiales, con el lujo. Quería joyas de Tiffany,
un Mercedes, un Rolex…", cuenta Jasmine. "Empecé a trabajar como
camarera en un club para poder pagar mis caprichos, luego como streaper, sólo
los fines de semana... Hasta que conocí al que iba a ser mi 'chulo'. Era
un hombre encantador, rodeado de todo el lujo al que yo aspiraba. Durante seis
meses pareció un sueño. Me daba todo lo que quería y yo podía llegar a ganar
hasta 10.000 dólares [unos 7.800 euros] por noche. Pero después empezaron los
golpes, la nariz rota, lesiones en todo el cuerpo, sangre, quemaduras. Y cada
vez peor. Estaba atrapada, forzada a prostituirme, esclavizada. Pensaba que tal
vez si le daba más dinero dejaría de pegarme. Me sentía demasiado aterrorizada
como para escapar, pedir auxilio. Hasta que nació mi hija y entonces supe que
tenía que salir de allí como fuera. Me puse en contacto con un grupo de ayuda y
acudí a la policía". Jasmine trabaja ahora activamente con esta
organización, Sextrade101, tratando de prevenir casos como el
suyo y ayudando a otras víctimas a través de su testimonio.
Según datos
oficiales citados por el mencionado informe del Departamento de Estado de EE
UU, aproximadamente un 20% de las mujeres que practican la prostitución en
España lo hacen de forma forzada, víctimas de organizaciones criminales. Pero
las formas de explotación definibles como esclavitud existentes en nuestro país
no se limitan al tráfico sexual. El informe destaca que muchos de los
inmigrantes sin papeles que trabajan en la agricultura, en labores de limpieza
o en el servicio doméstico no reciben salario alguno, o son amenazados con
denuncias a las autoridades (es decir, con la deportación) si intentan
rebelarse. El estudio señala también que el Gobierno ha dado pasos positivos
con el endurecimiento de penas en el Código Penal, pero añade que aún queda mucho
por hacer, especialmente en lo referido a los inmigrantes.
"¿Cuánto
dirías que cuesta comprar un esclavo actualmente, de media, en el mundo?",
pregunta Karlee Sapoznik. "Noventa dólares. Setenta euros". Y añade:
"Hay estudios que aseguran que con 10.800 millones de dólares podría
acabarse con la esclavitud en 25 años. Parece mucho, pero es lo que gastan los
estadounidenses en el Día de San Valentín". Según un informe de la Comisión
Económica para Europa de Naciones Unidas (UNECE), traficantes de personas y
esclavistas ingresaron en 2004 entre 5.000 millones y 9.000 millones de
dólares.
No todo son
malas noticias. En los últimos años ha habido importantes progresos en la lucha
contra la esclavitud, gracias, sobre todo, al trabajo de concienciación que realizan
organizaciones como Anti-Slavery International, Free The Slaves, Stop The
Traffik o la propia Alliance Against Modern Slavery. Algunas grandes empresas
han empezado a boicotear productos procedentes de la esclavitud, y el Parlamento
Europeo, por ejemplo, rechazó el año pasado un acuerdo comercial con
Uzbekistán que conllevaba la compra de algodón producido mediante trabajo
forzado. Como ha dicho el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,
"para erradicar las formas contemporáneas de la esclavitud necesitamos
nuevas estrategias que puedan unir a todos los agentes. Los gobiernos tienen la
responsabilidad primordial, pero corresponde al sector privado desempeñar una
función integral".
La
esclavitud, señala Kevin Bales, podría estar al borde de la extinción
definitiva, "pero tenemos que darle el empujón final".
Personas con discapacidad vendidas por 60 euros
Uno de los
casos más impactantes de esclavitud contemporánea salió a la luz en China en
septiembre de 2011, cuando las autoridades informaron de que habían rescatado,
en la provincia de Henan, a 30 trabajadores con graves discapacidades mentales
que estaban siendo tratados como esclavos en una fábrica ilegal de ladrillos.
Según
informó France Press, citando fuentes oficiales, las víctimas
recibían palizas de forma regular. Algunos habían estado trabajando sin salario
durante más de 7 años. Tras ser liberados, las autoridades comenzaron a buscar
a sus familias, pero la discapacidad que sufrían muchos de ellos les impedía
identificarse o dar referencias sobre sus familiares. El diario oficial China
Daily indicó que la mayoría habían sido secuestrados en sus pueblos y
vendidos después a los dueños de la fábrica por entre 300 y 500 yuanes (de 36 a
62 euros).
Fechas clave de la esclavitud
- 1794. La Francia revolucionaria abole la esclavitud, aunque el decreto será revocado años más tarde por Napoleón.
- 1814. España suscribe una serie de tratados con Gran Bretaña en los que se prohibía el comercio de esclavos.
- 1864. Abraham Lincoln firma la enmienda 12 a la Constitución estadounidense, en la que se decreta la abolición de la esclavitud en toda la Unión.
- 1926. La Sociedad de Naciones reconoce la necesidad de "prevenir que el trabajo forzoso derive en condiciones análogas a la esclavitud".
- 1948. El artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos declara: "Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre. La esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas".
- 1956. La ONU define una serie de prácticas como similares a la esclavitud y legisla contra ellas, incluyendo el trabajo por deudas.
- 1981. La Unión Africana declara que "todas las formas de explotación y degradación del ser humano, particularmente la esclavitud (...), serán prohibidas".
- 2005. El Consejo de Europa llama a combatir el tráfico de seres humanos y a garantizar la igualdad de género.
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