Esa Cruz abraza, primero, a cada uno de nosotros, nos confía una misión en nuestra vida personal, en nuestra familia, en el ámbito de nuestras amistades, de nuestros conocimientos, en todas partes encontramos y encontraremos cruces. Pienso en tantas familias resquebrajadas o disueltas, pienso en tantas enfermedades no aceptadas, en bloqueos del corazón no resuelto, pienso en sentimientos y resentimientos amargos que torturan interiormente. ¡Cuántas de estas cruces suben y bajan por nuestras calles, se apretujan en nuestros buses, llenan nuestra ciudad! A menudo son cruces sin nombre y sin esperanza. A veces son cruces maldecidas o solamente toleradas. Llevan a la desesperación, o sin mucho, a la resignación. Jesús, desde la Cruz, nos invita a cada uno de nosotros, hoy, a poner todas estas cruces, y no sólo la nuestra, en relación con la suya. Jesús nos invita a sembrar también en ellas, como él lo hizo, el germen del amor y de la Esperanza.
Cardenal Carlo María Martini sj
Fuente: Parroquia Inmaculada Valladolid
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