Ennio
Morricone triunfó en la noche de los Oscar. Después de cinco nominaciones
fallidas y un Oscar a la carrera en 2007, el anciano maestro finalmente ha
conquistado la estatuilla por la banda sonora de un film, el western político
de Quentin Tarantino The Hateful Eight.
Ovación de pie para el músico italiano, que subió al palco acompañado por su
hijo Giovanni (La Repubblica, 29 febrero 2016)
Aprovechamos este reconocimiento para hablar de Monrricone desde su testimonio como hombre de fe. Reconoce que su esposa y Dios son su fuente de su inspiración.
En 2012, refiriéndose a su esposa María manifestaba:
“Ella
siempre me pidió que escribiera una Misa. Pero nunca lo hacía. Una mañana, saliendo
de casa, me encontré al padre Daniele Libanori, rector de la iglesia de los
jesuitas, que está a dos pasos de mi casa en Roma y a la que voy a menudo. El
jesuita me pidió que escribiera una partitura para celebrar los doscientos años
de la reconstitución de la Compañía de Jesús. Era en 2012”.
“Tomé un
poco de tiempo para pensarlo. Entre tanto fue elegido el Papa Francisco, el
primer Pontífice jesuita. Dije que sí y pensé dedicársela. Y también a mi
esposa María. Así nació la Missa Papae Francisci. Anno duecentesimo a
Societate Restituta. Que adquiere un valor aún mayor para mí que soy
creyente, criado en una familia católica y con esta huella que siempre ha
marcado mi vida” (Avvenire, 10 junio 2015).
Y sobre la
fe, en sentido estricto, Morricone tiene una idea muy clara: “Como creyente,
esta fe está probablemente siempre presente, pero está allí para que la
reconozcan los demás, los musicólogos y aquellos que no solo analizan los
pasajes musicales, sino que comprenden mi naturaleza, la sacralidad y el
misticismo”, observó. Él dice que Dios siempre le ayuda a “escribir una buena
composición, pero esta es otra historia” (Zenit, 29 septiembre 2009). (fuente: aleteia.org)
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