A luz de su
alocución en la basílica de Santa María la Mayor de Roma ante la Salus Populi
Romani, el sábado 4 de mayo de 2013.
1.- Bajo su guía
maternal nos conduce a estar cada vez más unidos a su Hijo Jesús.
2.- María nos da la salud, es nuestra salud.
3.- María es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos, sabe cuidarla siempre con amor grande y tierno.
4. Es una mamá: ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza -que también se deriva de un cierto bienestar – a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas.
2.- María nos da la salud, es nuestra salud.
3.- María es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos, sabe cuidarla siempre con amor grande y tierno.
4. Es una mamá: ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza -que también se deriva de un cierto bienestar – a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas.
5.- Es la mamá:
cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de
asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia
grandes ideales.
6.- La Virgen hace
precisamente esto con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a
ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de una
manera superficial, sino a vivir con responsabilidad, a tender cada vez más
hacia lo alto.
7.- Es una mamá
además que piensa en la salud de sus hijos, educándolos también a afrontar las
dificultades de la vida. No se educa, no se cuida la salud evitando los
problemas, como si la vida fuera una autopista sin obstáculos. La mamá ayuda a
los hijos a mirar con realismo los problemas de la vida y a no perderse en
ellos, sino a afrontarlos con valentía, a no ser débiles, y saberlos superar,
en un sano equilibrio que una madre “siente” entre las áreas de seguridad y las
zonas de riesgo. Y esto una madre sabe hacerlo.
8.- Es una madre
que lleva al hijo no siempre sobre el camino “seguro”, porque de esta manera no
puede crecer. Pero tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una
madre sabe equilibrar estas cosas. Una vida sin retos no existe y un chico o
una chica que no sepa afrontarlos poniéndose en juego ¡no tiene columna
vertebral!
9.- María ha
vivido muchos momentos no fáciles en su vida, desde el nacimiento de Jesús,
cuando para ellos “no había lugar para ellos en el albergue” (Lc 2, 7), hasta
el Calvario (cfr. Jn 19, 25). Y como una buena madre está cerca de nosotros,
para que nunca perdamos el valor ante las adversidades de la vida, ante nuestra
debilidad, ante nuestros pecados: nos da fuerza, nos muestra el camino de su
Hijo.
10.- Jesús en la
cruz le dice a María, indicando a Juan: “¡Mujer, aquí tienes a tu hijo!” y a
Juan: “Aquí tienes a tu madre”(cfr. Jn 19, 26-27). En este discípulo todos
estamos representados: el Señor nos confía en las manos llenas de amor y de
ternura de la Madre, para que sintamos que nos sostiene al afrontar y vencer
las dificultades de nuestro camino humano y cristiano. A no tener miedo de las dificultades. A
afrontarlas con la ayuda de la madre
11.- Una buena
mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas,
los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones
definitivas con libertad.
12.- María es
maestra de la verdadera libertad. Donde reina la filosofía de lo provisorio,
¿qué significa libertad? Por cierto, no es hacer todo lo que uno quiere,
dejarse dominar por las pasiones, pasar de una experiencia a otra sin
discernimiento, seguir las modas del momento. Libertad no significa, por así
decirlo, tirar por la ventana todo lo que no nos gusta. La libertad se nos dona
¡para que sepamos optar por las cosas buenas en la vida!
13.- María como
buena madre nos educa a ser, como Ella, capaces de tomar decisiones
definitivas, con aquella libertad plena con la que respondió “sí” al plan de
Dios para su vida (cfr. Lc 1, 38).
Queridos hermanos
y hermanas, ¡qué difícil es, en nuestro tiempo, tomar decisiones definitivas!
Nos seduce lo provisorio. Somos víctimas de una tendencia que nos empuja a lo
efímero… ¡como si deseáramos permanecer adolescentes para toda la vida! ¡No
tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que
involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta manera, nuestra vida será fecunda!
Y ¡esto es libertad! Tener el coraje de tomar decisiones con grandeza.
14.- Toda la
existencia de María es un himno a la vida, un himno de amor a la vida: ha
generado a Jesús en la carne y ha acompañado el nacimiento de la Iglesia en el
Calvario y en el Cenáculo.
15.- María, la
Salus Populi Romani, es la mamá que nos dona la salud en el crecimiento, para afrontar
y superar los problemas, en hacernos libres para las opciones definitivas; la
mamá que nos enseña a ser fecundos, a estar abiertos a la vida y a ser cada vez
más fecundos en el bien, en la alegría, en la esperanza, a no perder jamás la
esperanza, a donar vida a los demás, vida física y espiritual.
Danos, María, danos la salud que sólo tú
puedes donarnos,
para ser siempre signos e instrumentos de
vida.
Via ecclesia
No hay comentarios :
Publicar un comentario