jueves, 28 de marzo de 2013

La muestra más grande de amor





Busca el rostro de Cristo en cada hombre, en el que sufre, en el parado, en el despreciado... Sal a su  encuentro, dale tu ayuda, entrégate... es el mismo Jesús que derramó su sangre por amor.



Nos amó hasta el extremo...
     Jesús no sólo compartió con nosotros la condición dolorosa de la naturaleza humana experimentando el dolor físico (azotes, espinas, clavos, cansancio, sed...) y el dolor moral (tristeza, angustia, abandono, traiciones, desprecios, burlas, soledad...), sino que también experimentó el dolor y la muerte para librarnos a nosotros de lo que en ellos hay de fatalidad y de desesperanza. Se hizo como uno de nosotros y tuvo que morir para poder salvarnos, por eso Jesús llega a afirmar: "nadie ama tanto como el que da la vida por el amigo" (Jn 15, 13). Podemos decir que fue necesario que Jesús pasara por la cruz para que los cristianos sepamos cuánto ama Dios a los hombres. 

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